Campamento de los Tercios cerca de Namur, junio de 1578.

El frío se te mete hasta los huesos en este país de herejes, la humedad hace que nunca consigas entrar en calor. Este pedazo de tierra es una herencia que nuestro rey está pagando demasiado cara.

Las noticias de la evolución del Gobernador General no son buenas, la fiebre no remite. Los hombres de los tercios: españoles, italianos, tudescos y flamencos; rodean la tienda donde descansa el que muchos apodan el Paladín de la Cristiandad.

Pero por difícil que sea la batalla, por numerosos que sean nuestros enemigos, siempre estaremos preparados para luchar. Como aquel amanecer, en que teñimos de rojo las aguas del golfo de Lepanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario