La pricensa de Eboli.



Ana de Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, condesa de Mélito y duquesa de Pastrana, (Cifuentes, Guadalajara, 29 de junio de 1540 - Pastrana, 2 de febrero de 1592).


Doña Ana pertenecía a una de las familias castellanas más poderosas de la época: los Mendoza. Hija única del matrimonio entre don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, virrey de Aragón y también de Cataluña.

Se casó a la edad de doce años (1552) con Ruy Gómez de Silva, por recomendación del príncipe Felipe, futuro Felipe II; su marido era príncipe de Éboli (ciudad ubicada en el Reino de Nápoles) y ministro del rey.

Fue una de las mujeres de más talento de su época, y aunque perdió un ojo a causa de un entrenamiento de esgrima, se la estimaba como una de las damas más hermosas de la corte española. Entre las teorías que se barajan sobre la pérdida de su ojo derecho, la más respaldada es la que asegura que la princesa fue dañada por la punta de un florete manejado por un paje durante su infancia. Pero este dato no es claro, quizá no fuese tuerta sino bizca, aunque hay pocos datos que mencionen dicho defecto físico. En cualquier caso, su defecto no restaba belleza a su rostro; su carácter altivo y su amor por el lujo se convirtieron en su mejor etiqueta de presentación, y ejerció una gran influencia en la corte.

Cristo de Lepanto, en la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia.



Según la tradición oral esta imagen (Siglo XV) presidió la galera capitana del bando cristiano que en el golfo de Lepanto hundió la flota otomana el 7 de octubre de 1571, durante el pontificado del Santo Padre Pío V."


Según un relato, una bala de cañón llevaba dirección de impactar sobre él pero la figura, milagrosamente, se ladeó ligeramente esquivando el proyectil. Así quedó.

Se le atribuyen muchos milagros.

Se encuentra en la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia (también llamada, en lugar de catedral, Seo, o Seu en catalán) es la catedral gótica de Barcelona, sede del Arzobispado de Barcelona, en Cataluña, España.

Personajes: Álvaro de Bazán y Guzmán .




Poesía dedicada por Lope de Vega en 1588 a D. Álvaro de Bazán:


El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera el francés,
y en todo mar el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada.


Marino español al servicio de Felipe II (Granada, 1506 - Lisboa, 1588). Fue marino por tradición familiar, pues su padre -llamado como él- había sido capitán general de las galeras de la Monarquía Hispana. Las primeras acciones navales que mandó fueron proteger la flota de Indias de los corsarios que actuaban en el golfo de Cádiz (1544-62), socorrer a Mazalquivir y Orán del ataque de los berberiscos (1563), reconquistar y fortificar el peñón de Vélez de la Gomera (1564), y socorrer a los caballeros de la Orden de Malta frente a un ataque turco (1565).


Desde que en 1568 fue nombrado capitán general de las galeras de Nápoles se dedicó a combatir a los piratas del norte de África, al tiempo que auxiliaba al capitán general de la Mar, don Juan de Austria. Con ese papel intervino en la batalla de Lepanto (1571), primera acción verdaderamente ofensiva en la que tomó parte.

A partir de entonces, sus acciones pasaron del Mediterráneo al Atlántico, nuevo escenario naval prioritario para la Monarquía. Como capitán general de las Galeras de España (1576), participó en la ocupación de Portugal (1580); luego conquistó las islas Azores, que se habían convertido en el último reducto de la resistencia contra Felipe II, y que Francia intentaba separar del resto de Portugal (1582-83).

En premio por aquella acción el rey le hizo grande de España y capitán general de la Mar Océana. Su último encargo fue la invasión de Inglaterra; pero Bazán murió tras planear el ataque, mientras preparaba la que sería Armada Invencible. Su hijo, de igual nombre que él (1571-1646), siguió la tradición familiar y fue otro prominente marino de la Monarquía.